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Y sí: estamos tan colonizados mentalmente que ya es imprescindible tener toda la artillería a punto para celebrar San Valentín. Os damos la solución. En Nobu se puede celebrar San Valentín por todo lo alto, nunca mejor dicho: disfrutaréis de una gastronomía japonesa de autor —Nobu Matsuhisa es uno de los responsables de la internacionalización de la comida japonesa en Occidente— con unas vistas que no tienen adjetivación. La cocina es de un disfrute sensual total, y el espacio seduce por su amplitud, comodidad y penumbra. Ideal para una primera cita, porque la cocina es del todo gourmet, pero con un punto de informalidad, y la oscuridad tiene un punto de elegante sobriedad que invita a la ilusión, pero no al despiporre carnal.
Aquí estoy. Aquí voy, huyendo con los meteoros y lanzando bolas de fuego como ellos… Aquí voy, transportando al niño en crecinete que lleva entera a su propia madre en las entrañas… Aquí voy, bramando, gritando, proyectando, adorando, precaviendo, reculando y volviendo a mi lugar, apareciendo y desapareciendo… Aquí voy, por aquí voy… Todos estos caminos los huello día y noche sin cesar. Visito los huertos de las esferas siderales y contemplo su fruto, contemplo milenios y milenios ya maduros, y milenios verdes todavía. Me entro por lo material y por lo inmaterial. Voy en busca de pieles hasta el polvo y cazo la foca, salto abismos con una garrocha de punta ferrada y colgado de una cuerda desciendo desde el picacho.